Muchos agoreros vaticinan el final de las fórmulas clásicas de comunicación con la revolución de la
información en el siglo XXI a manos de las nuevas tecnologías. Pero el periodista de hoy en
papel sabe que debe reinventarse cada día, destacar y dar la nota y la noticia.
Aunque mucho me temo que el redactor que rubricó este suceso de tráfico probablemente termine
en la puta calle por causa de su original y arriesgada apuesta.
información en el siglo XXI a manos de las nuevas tecnologías. Pero el periodista de hoy en
papel sabe que debe reinventarse cada día, destacar y dar la nota y la noticia.
Aunque mucho me temo que el redactor que rubricó este suceso de tráfico probablemente termine
en la puta calle por causa de su original y arriesgada apuesta.